«… Si no me voy, no vendrá a ustedes el Paráclito; pero si me voy, se los enviaré »
- Del Puerto Noticias
- 7 may 2024
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Juan. 16, 5-11
Señor Jesús: tu promesa de enviar el Espíritu Santo nos consuela y fortalece. Concédenos en tu infinita bondad, ser portadores de tu amor, de tu perdón, y de tu misericordia divina.
Mostremos al mundo, hermanos, la alegría de creer en nuestro Señor, y en que sus palabras se cumplirán hasta la última letra, llevemos la alegría que no es de este mundo, enseñémosles a nuestros hermanos a mirar como Él nos ha enseñado, con visión sobrenatural, viviendo con los pies en la tierra, pero con el corazón en el cielo.
Pues un alma que está llena de Dios no puede estar triste. Sólo se puede perder la alegría cuando uno se vacía de Él y se llena de cosas del mundo. Es verdad que la tristeza nos puede embargar si por nuestras miserias, el temor de perderte nos sobrepasa ¿cómo puedo asegurar estar lleno de ti para no perder la alegría?
Permíteme entrar en tu corazón, y concédeme la gracia de saber escucharte.
Eres tú, Jesús, mi único deseo, mi sueño, mi alegría, mi principio y mi destino. Eres luz, vida y camino. Eres la única verdad en la que creo, a la que adoro, en la que espero, a la que amo.
Eres tú, Jesús, la máxima expresión del amor que poseo, que vivo, que amo. Profundo dolor causa la ausencia de la presencia con la que tú me sacias, que todo mi ser se debilita y mi alma se entristece, esperando el momento de poseer tu divinidad en carne, en sangre, en alimento.
Que no sea esta angustiosa espera la que me consuma, sino el calor ardiente de tu amor, y el deseo de poseerte como me posees tú, Señor mío, y Dios mío.
Pbro. Guilibaldo Villa Domínguez
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