« Señor, Enseñanos a Orar » Lc 11,1-4
- Del Puerto Noticias
- 9 oct 2024
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El objetivo primario de la oración es la conversión:
Cuando en oración entramos en esa verdadera intimidad con Dios, el fuego de su amor misericordioso, nos quema, nos purifica. Así consumiendo nuestras miserias, transforma nuestro corazón y renueva nuestro ser. Y así realmente vivos por la gracia del fuego del Espíritu Santo, del amor de Dios, somos adoradores en espíritu y en verdad.
Sólo en Cristo el hombre es capaz de unirse a Dios con la profundidad y la intimidad de un hijo con respecto a un padre que lo ama, sólo en él podemos dirigirnos con toda verdad a Dios llamándolo con afecto «¡Abbá! ¡Padre!». Como los Apóstoles, también nosotros hemos de suplicar a Jesús: «Señor, enséñanos a orar» (Lc 11, 1).
“La oración es la llave que abre nuestro corazón y nuestra alma al Espíritu Santo; es decir, a su acción de transformación en nosotros. Al orar, permitimos a Dios actuar en nuestra alma -en nuestro entendimiento y nuestra voluntad- para ir adaptando nuestro ser a su Voluntad”. Catecismo de la iglesia católica 2825-1827
Si leemos el Evangelio, vemos que Cristo pasaba largas horas orando. Él oraba todos los días a Su Padre. Él nos enseñó que la oración es muy importante para poder estar en comunicación constante con Dios. Cuando sus apóstoles le pidieron que les enseñara a orar, Él les enseñó el Padrenuestro.
«La escucha del corazón a Dios que llama, es esencial a la oración» CIC 2570
Pbro. Guilibaldo Villa Domínguez
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