Miércoles de la Octava de Pascua

⚜️«Mientras estaban sentados a la mesa, el “desconocido” inesperadamente repitió el gesto eucarístico de la fracción del pan.

Sólo entonces sintieron ellos arder su corazón por la presencia reconfortante del Resucitado». Lc. 24, 13-35

El drama de los discípulos de Emaús es como un espejo de la situación de muchos de nosotros en nuestros tiempos, cuando la esperanza de nuestra “fe” entra en crisis a causa de experiencias negativas que nos llevan a sentirnos abandonados por el Señor.

Sin embargo, este camino hacia Emaús, por el que avanzamos, puede llegar a ser el camino de una purificación y maduración de nuestra fe en Dios, si le permitimos a El hacer su obra en nosotros y no nos cerramos a su acción misericordiosa.

El camino que lleva a Emaús es el camino de todo cristiano, más aún, de todo hombre. En nuestros caminos Jesús resucitado se hace compañero de viaje para reavivar en nuestro corazón el calor de la fe y de la esperanza y partir el pan de la vida eterna.

Por intercesión de María santísima, oremos para que todo cristiano y toda comunidad, reviviendo la experiencia de los discípulos de Emaús, redescubra la gracia del encuentro transformador con el Señor resucitado.

(NO TENGO LOS DERECHOS DE AUTOR)

Pbro. Guilibaldo Villa Domínguez

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