Jueves Eucarístico, Sacerdotal

«Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.» Mt 28, 18

¿Tú eres rey?" "Sí, como dices, soy rey" Jn 18, 37; pero "Mi reino no es de este mundo" Jn 18, 36

Desde el anuncio de su nacimiento, el Hijo unigénito del Padre, nacido de la Virgen María, es definido "rey", en el sentido mesiánico, es decir, heredero del trono de David, según las promesas de los profetas, para un reino que no tendrá fin (cf. Lc 1, 32-33).

Durante su vida pública, Jesús inauguró el nuevo reino, que "no es de este mundo" (Jn 18, 36), y al final lo realizó plenamente con su muerte y resurrección. Apareciendo resucitado a los Apóstoles, les dijo: "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra" (Mt 28, 18): este poder brota del amor, que Dios manifestó plenamente en el sacrificio de su Hijo.

El reino de Cristo es don ofrecido a los hombres de todos los tiempos, para que el que crea en el Verbo encarnado "no perezca, sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16).

La misión de la Iglesia ayer, hoy y siempre es y será anunciar y testimoniar a Cristo, para que el hombre, todo hombre, pueda realizar plenamente su vocación.

Los Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús le han rendido públicamente su amor y libre compromiso a Cristo Rey y Señor del universo, de proclamar a sus hermanos que Su “reinado de amor y misericordia ha llegado" que "Él es el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin" Ap 22, 13.

Oremos por cada unos de ellos, demos gracias a Dios por ese “Si” de acogerle como Señor de su vida, y cooperar fielmente en el acontecimiento de su reino de amor, de justicia y de paz.

iViva Cristo Rey Sumo y Eterno Sacerdote!

Les comparto con gran gozo, que el día martes 29 y ayer miércoles 30 de octubre, vivimos momentos muy significativos y ungidos dentro de la misa de envío de los "Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús Estos servidores de las Comunidades de la Capilla de San Francisco Javier de Batuc y Parroquia San Pedro Apóstol (San Pedro de la Cueva). sellaron su compromiso con un Si al Señor al disponerse a partir para anunciar la Buena Noticia, la gracia de ser apóstoles incansables al servicio del Reino.

Supliquemos a Dios les fortalezca su fe, para que puedan dar testimonio del Amor de los Amores, que robustezca su esperanza, para que sepan contagiar alegría, y encienda su caridad, para que puedan ayudar eficazmente al resto de sus hermanos en este peregrinar a la vida eterna.

Pbro. Guilibaldo Villa Domínguez

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